El mundo actual es solo un vasto eco de rumores. Vivimos acosados por comentarios vacíos disfrazados de opiniones y redes sociales que fingen promover la intimidad. ¿Acaso elegimos esto? No mediante elecciones amañadas, sino a través de nuestras pertenencias, propiedades y dinero. Sabemos por qué lo hacemos: queremos ser sedados. Fingir menos es doloroso. Somos cobardes.
Con esta reflexión, te invito a adentrarte en el significado de esta serie. ¿Cuál es el problema de la sociedad? Según Elliot, el protagonista, nuestro mayor defecto es la ceguera o ignorancia hacia la verdad y las cosas que realmente importan. Pasamos tanto tiempo en rutinas vacías y deprimentes que se vuelve casi imposible ver algo verdaderamente hermoso en nuestras vidas, más allá de las trivialidades que el mundo nos ofrece. Las personas que no cuestionan nada de lo que les rodea (alienados) tienden a sufrir menos porque saben poco sobre la verdad (despertados). En un episodio, Elliot bromea con la idea de ser normal, es decir, ver películas de Marvel, asistir a eventos sociales, beber y divertirse. Pero su prisión interna, creada para aislarse de lo que considera malo, le impide vivir una vida cotidiana feliz y llena de distracciones vacías y baratas.
Entonces, comienza una batalla en la mente de Elliot. Aunque no puede vivir esa vida superficial que todos a su alrededor llevan tan bien, tampoco puede lidiar con su propia soledad. Su alejamiento de la sociedad, generado por pensamientos que contradicen los hábitos cotidianos y monótonos, crea en él una necesidad de mayor conexión con la misma sociedad que tanto desprecia. Pero preferiría enfrentar este sufrimiento a través del consumo de drogas antes que adaptarse a un mundo que considera sin sentido. En esta base, Elliot encuentra un propósito para su mente despierta. Intenta derrocar a aquellos que hacen el mal en el mundo y despertar a las personas dormidas para que perciban la realidad tal como es.
Lo que voy a contar es un secreto: existe un grupo selecto de personas que controlan el mundo en secreto. Me refiero al 1% del 1%, los que juegan a ser dioses sin permiso.
Para que la sociedad caiga en este caos y tenga una nación entera de personas que no cuestionan nada y viven como si todo tuviera sentido, debe haber una causa. Y a esta causa la llamamos la mano invisible.
Aquellos que nadie ve, según Elliot, pueden estar en diferentes niveles. Pero en general, son los que se definen como trajes: presidentes, políticos, banqueros, empresarios, propietarios de corporaciones, la clase alta de la sociedad. Los que están en la cima de la pirámide. Los que tienen exceso de capital y poder, los que se creen especiales. Y sí, lejos de ser una teoría conspirativa, tienen un gran control sobre nosotros, los de abajo, el ganado. Los que trabajan sin cesar solo para pagar deudas y tratar de sobrevivir, creando así seres humanos que morirán sin haber vivido plenamente. Y están tan sedados que no ven que hay algo detrás de esta rutina, responsable de su depresión.
Philip Price, el dueño de la corporación más grande del mundo, a la que Elliot quiere derrocar, resume esta arrogancia del 1% en la siguiente explicación:
"Siempre me he preguntado a lo largo de mi vida: ¿soy la persona más poderosa en este lugar? Y la respuesta tenía que ser sí. Hasta el día de hoy, en cualquier parte del mundo, la respuesta sigue siendo sí. Y eso me motiva. Pretendo dejar un legado, dejado por Dios, cuando creó la tierra y al hombre a su propia imagen. Cualquier cosa fuera de eso no vale la pena mencionar."
Esto refleja bien por qué Elliot quiere destruir este mal. Este poder desenfrenado transforma a cualquier hombre honesto en un nivel de corrupción nunca imaginado. Es muy interesante cómo la serie aborda en detalle cómo nos afecta ese control que tienen sobre nosotros, donde todo lo que vivimos es parcial o totalmente manipulado. Además del trabajo agotador al que estamos sometidos en empleos que ni siquiera nos gustan, existen otros problemas del día a día que nos dejan adormecidos sin que nos demos cuenta. Un discurso pronunciado por uno de los personajes retrata toda esta falsedad que se nos muestra, pero aún hay mucho más que la serie logra explorar en momentos sutiles.
Un mundo construido sobre la fantasía. Emociones sintéticas en forma de pastillas. Guerra psicológica en forma de publicidad. Sustancias químicas que alteran la mente en los alimentos. Seminarios de lavado de cerebro en forma de medios. Control en forma de redes sociales. Vivimos en un reino de mentiras.
La existencia humana y el sentido de la vida
En este enfoque sobre cómo el hombre destruye secretamente la sociedad, mientras la gente normal la vive perfectamente bien, Elliot, mientras libra una guerra cibernética contra la oscuridad, necesita lidiar consigo mismo, tratando de descubrir no solo quién es, sino quién quiere ser. Y lo más profundo de todo esto es, ¿cómo podemos afrontar y comprender el simple hecho de existir?
Elliot sueña constantemente con tener una vida normal. Anhela escapar de esta burbuja, y, ¿por qué no?, vivir un atisbo de ilusión. De hecho, tal vez necesitemos esas ilusiones de vez en cuando. El problema es la falta de control en la lucha por descubrir quién eres. El problema es no saber vivir sin estas ilusiones, o no saber vivir con ellas. Es necesario encontrar un equilibrio.
¿Sueñas como Elliot? ¿Quieres estar aquí y ahora? No hablo de este lugar, sino en un sentido cósmico. La existencia puede ser bella o fea. Pero eso solo depende de ti. Sueña, necesitas descubrir el futuro por el que estás luchando.
La segunda temporada refleja exactamente este conflicto que nos aqueja a todos: la esperanza de una vida mejor, el anhelo de un futuro digno, las elecciones en nuestra vida diaria. ¿De qué sirve luchar si no sabes por qué estás luchando? Elliot desea tanto salvar al mundo de la mano invisible, pero solo después de muchos momentos comienza a preguntarse por qué. Incluso si hay una razón inicial, ¿cuál será el verdadero impacto de iniciar una revolución? ¿Realmente está haciendo esto por el mundo o solo por sí mismo? Estas preguntas se desarrollan mientras Elliot se da cuenta de que no hay control en nuestras vidas. Todo está siendo dirigido por lo que hacemos a través de elecciones (falso control) y también por un azar inexplicable.
¿Sabes esa tontería que dice que cuando te caes, debes levantarte? Rechazo esa idea. Porque todo esto es una caída. Es inevitable. Un estado constante de intentar avanzar en la oscuridad. La clave no es levantarse, sino avanzar en la dirección correcta. Solo entonces podremos seguir adelante.
A pesar de ser una visión pesimista, es esta idea la que le permite a Elliot seguir adelante con su lucha diaria, tanto contra él mismo como contra nuestros enemigos de traje y corbata. Por eso, en la tercera temporada, Elliot, que pensaba que estaba tan despierto, se da cuenta de que no lo estaba tanto. Verse obligado a rasgar su propio velo y luchar por lo que realmente cree que vale la pena.
Descubrir quién eres puede ser una gran carga. Asumir la responsabilidad de tu existencia, tanto de ti mismo como de la vida en sociedad, puede resultar extremadamente difícil. Y para aquellos que ven muchos males dentro de la humanidad que no todos pueden entender, puede ser aún peor. ¿Cómo se puede vivir una vida plena si no hay motivos para ello? ¿Cómo puedes aceptar todo si nada tiene sentido? ¿Cómo vivir con el deseo constante de ni siquiera estar vivo? Mr. Robot aborda estas preguntas, entre muchas otras, haciendo que el espectador reflexione en silencio sobre lo que considera valioso.
A pesar de que la serie retrata una realidad muy negativa, al final siempre hay una chispa de superación. Elliot continúa intentando superarse a sí mismo y a los demás cada día. No renuncia a encontrarle sentido a su vida. Si bien sería un sueño hecho realidad destruir la corporación más grande del mundo, un sueño tan grande como el de Elliot es simplemente estar con sus seres queridos. Cosas simples de la vida: la familia y los amigos son muy importantes. Y junto con una mente más despierta, es una vida bastante buena. Porque, además de conocer la cruel verdad de nuestro mundo y tratar de aliviarla o superarla cada día, también necesitamos vencer nuestros obstáculos y vivir bien junto a quienes nos importan. La soledad puede ser una bendición. Y debe ser apreciada. Pero, en la misma medida, se debe valorar la compañía de nuestros seres queridos. Saber equilibrar todo este caos de incertidumbre es la receta de Mr. Robot para seguir adelante.
